“Mi vida por tu libertad”
Prot. PG 006-2014
A TODA LA FAMILIA MERCEDARIA
(Religiosos, Monjas, religiosas y laicos)
Muy estimados hermanos y hermanas en la Merced de los cautivos:
Desde la Curia Provincial de Madrid, punto de llegada de una hermosa peregrinación por las Comunidades de Mercedarias de Castilla, con motivo de la Visita Canónica General, les deseo una Feliz y Santa Pascua de Resurrección.
Aún palpitamos el estruendoso ALELUYA del ángel que anunció a las mujeres, junto a la tumba, aquel memorable: No busquen entre los muertos sal que vive (Lc. 24,5). Esto supone un mayor aplomo y menos mediocridad en nuestra vida de creyentes. Como expresó estos días el PP. Francisco en la Audiencia General (23/04/2014): buscamos entre los muertos al que vive cada vez que nos encerramos en el egoísmo o en la autocomplacencia, cuando nos dejamos seducir por el poder y las cosas de este mundo, olvidándonos de Dios y del prójimo, cuando ponemos nuestra esperanza en las vanidades mundanas, en el dinero o el éxito, cada vez que perdemos la esperanza o no tenemos fuerzas para rezar, cada vez que nos sentimos solos o abandonados de los amigos, e incluso de Dios, cada vez que nos sentimos prisioneros de nuestros propios pecados. Estas palabras de amigo y profeta, deben resonarnos como la incómoda pero necesaria alarma de un despertador en el corazón de todos, que en diversos ministerios pastorales, en comunidades locales, en familias, en el claustro o incluso en el trabajo, dejamos con frecuencia que la oscuridad de la tumba y el mal olor del hombre viejo nos hagan vivir en “piloto automático”, propio de aquel conocido: “siempre se hizo así”, que busca justificar una inmovilidad sepulcral vacía de esperanza. Lo nuestro es mover la piedra y salir, como Él y junto con Él.
Que Cristo Redentor, que hace nuevas todas las cosas mediante el don del Espíritu Santo, nos haga hombres y mujeres nuevos, mercedarios/as de pie, con los dedos en las llagas de los cautivos, con ilusión de caminantes, partiéndonos como pan, no importa nuestra edad ni nuestra salud. Solo así podremos compartir el fuego abrazador hecho fe que arde en nuestro corazón creyente.
Dado en Madrid, a 24 días de abril de 2014, 796 años de la fundación de nuestra Orden.
Fr. Pablo Bernardo Ordoñe, O. de M.
Maestro General