PRESENTACIÓN 2015
“Mi vida por tu libertad”
Al inicio del ANO DE LA VIDA CONSAGRADA y del TRIDUO JUBILAR MERCEDARIO que comienza honrando a SAN PEDRO NOLASCO (2015), con el que abriremos la celebración del VIII Centenario de nuestra Orden, les presento el ORDO MISSAE CELEBRANDAE ET DIVINI OFFICII PERSOLVENDI (Calendario Litúrgico) que nos ayudará a santificar nuestro tiempo, servicio y vida común junto a toda la Iglesia.
El tiempo y el espacio son dos elementos esenciales en la vida un mercedario/a, pues en ellos liberamos, acompañamos, visitamos, consolamos, curamos y caminamos al lado de tantos oprimidos y cautivos de nuestro tiempo que son compañeros inseparables del camino. De igual manera y con la misma pasión, debemos santificar las horas, orando incansablemente al Divino Redentor y a Nuestra Madre de la Merced, para impregnar de sentido evangélico y profético la pastoral liberadora, la fraternidad y la vida personal.
En la celebración cotidiana de la Eucaristía, todos los religiosos mercedarios, tanto clérigos como no clérigos, queremos celebrar la vida propia y aquella que se nos ha encomendado en la misión. En la patena, junto a la sagrada forma, depositaremos diariamente nombres, rostros, historias y heridas de tantos/as hermanos/as que perseguidos por le fe o heridos en su dignidad no pueden celebrar la fiesta de los redimidos. La Eucaristía cotidiana ha de ser para cada mercedario/a un compromiso de honor al que no podemos faltar cada día.
El ANO DE LA VIDA CONSAGRADA, nos invita no solo a reflexionar sobre nuestra identidad vocacional, sino también a reavivar en celebración y fiesta del encuentro personal y amistoso con Cristo Redentor. Nuestras liturgias deberán expresar el gozo ser hermanos en camino y de asumir la misión desde la brújula del Evangelio que siempre nos orienta en visita y liberación hacia los márgenes.
El ano inicial del Triduo Jubilar Mercedario, debe ayudarnos a palpitar corazón a corazón con nuestro amado padre y fundador San Pedro Nolasco, que es la raíz de una historia martirial, madurada en el crisol de ofrendas, dolores y sacrificios por los últimos de la historia: los cautivos. Que podamos como Familia Mercedaria hacer fiesta y compartir la vida hecha canto, Eucaristía y ofrenda con un oído en el pueblo y otro en el Evangelio.
Nuestra Madre de la Merced nos bendiga y ensene a vivir jubilarmente a medida que nos acercamos al aniversario de nuestra fundación 1218 – 2018.
Fr. Pablo Bernardo Ordone, O. de M.
Maestro General