Mi vida por tu libertad 

 

SALUDO A LA FAMILIA MERCEDARIA EN LA

SOLEMNIDAD DE SAN PEDRO NOLASCO 2015

 

Queridos hermanos y hermanas en la Merced

 

            Con gozo jubilar les envío un abrazo de hermano y servidor en la Solemnidad de san Pedro Nolasco, nuestro Padre y fundador. Este año, su figura de varón consagrado, de creyente y profeta de libertad en las fronteras de la persecución, destaca de modo singular en nuestros corazones, pues abre de par en par las puestas del Triduo Jubilar con que iniciamos la celebración del VIIIº Centenario de la fundación de nuestra amada Orden y Familia Mercedaria (1218 – 2018). 

 

            Abrir las puestas Jubilares de la mano de Pedro Nolasco, supone enraizarnos en su amor apasionado y tierno de hermano, capaz de cercanía samaritana que levanta, cura y sostiene a los heridos del camino. Pero también implica estar dispuestos a caminar a pie descalzo en el descampado del dolor de tantas vidas robadas, sin olvidarnos que fuimos escogidos de la periferia para volver a ella como testigos de misericordia, con el morral cargado de generosidades maduradas en renuncias y desapegos.  

 

            La persecución de tantos cristianos, golpea minuto a minuto nuestros corazones creyentes y son una nueva provocación para reavivar una nueva revolución de la ternura con brío nolasquino. En esta  nueva  encrucijada del dolor, mercedarios y mercedarias, queremos asumir nuestra misión redentora desde una íntima comunicación con Dios y una real encarnación en las necesidades de los hombres. (Cf. COM 13). Si no cultivamos la intimidad con Dios que ve la opresión, escucha los clamores, conoce las penurias y baja a liberar (Cf. Ex 3,7), lo sentiremos lejos de nosotros, Cristo Redentor queda relegado a un pasado de epopeya, el Evangelio de la libertad será letra muerta y nuestra Orden se volverá una simple organización humanitaria. Sin una real encarnación en la realidad del cautivo, nos volveremos cuidadores de museos, perderemos tiempo lustrando reliquias, sin darnos cuenta que el “joya preciosa  está en otro lado y tiene otro rostro”, nos ocuparemos quizá en engrosar inversiones, rentas y cuentas bancarias para una autocomplacencia mezquina que se olvida una vez más del: dónde está tu hermano (Gn. 4,9).

 

            Que nuestra Madre Ssma. de la Merced nos inflame el corazón en misericordia, como lo hizo en el corazón de su servidor Fray Pedro Nolasco. Dado en Puebla (México), a 6 días del mes de mayo del año del Señor 2015, a 797 años de la fundación de nuestra Orden. 

                              

Fr. Pablo Bernardo Ordoñe, O. de M.

 

Maestro General