¡Por la Merced que es nuestra gloria, al servicio de los cautivos de nuestro tiempo!

 

Prot. 25 MG/2022

 

Objeto: Saludo y felicitación por la solemnidad de nuestra Madre la Virgen María de la Merced.

 

A todos los Religiosos de la Orden y Familia Mercedaria

Presentes,.

 

Mis amados hermanos:

 

     Con gran alegría me dirijo a todos ustedes con motivo de la solemnidad de  la Bienaventurada Virgen María de la Merced, nuestra Santísima Madre. Dirigimos nuestra mirada agradecida a ella, que ha sido y sigue siendo, protagonista en el plan divino de salvación desde la encarnación, hasta que finalmente se lleve a cabo la plenitud del Reino de Dios.

 

     En la liturgia eucarística de este día, escuchamos y meditamos en el  texto del Evangelio de San Juan que a la letra dice: “Junto a la cruz de Jesús estaban su madre, la hermana de su madre, María la esposa de Cleofas, y María Magdalena.  Cuando Jesús vio a su madre, y a su lado al discípulo a quien él amaba, dijo a su madre: Mujer, ahí tienes a tu hijo. Luego dijo al discípulo: Ahí tienes a tu madre. Y desde aquel momento el discípulo la recibió en su casa” (Jn 19, 25-27). Ha sido Jesús mismo, quien desde la cruz, constituyó a María, su Madre, para que fuera también Madre nuestra. Y así, vinculada enteramente al plan divino de redención acompañara a su Iglesia en el devenir de la historia: “Esta maternidad de María en la economía de gracia perdura sin cesar desde el momento del asentimiento que prestó fielmente en la Anunciación, y que mantuvo sin vacilar al pie de la cruz hasta la consumación perpetua de todos los elegidos. Pues, asunta a los cielos, no ha dejado esta misión salvadora, sino que con su múltiple intercesión continúa obteniéndonos los dones de la salvación eterna. Con su amor materno  cuida de los hermanos de su Hijo, que todavía peregrinan y se hallan en peligros y ansiedad hasta que sean conducidos a la patria bienaventurada. Por este motivo, la Santísima Virgen es invocada en la Iglesia con los títulos de Abogada, Auxiliadora, Socorro, Mediadora. Lo cual, sin  embargo, ha de entenderse de tal manera que no reste ni añada a la dignidad y eficacia de Cristo, único Mediador” (LG 62).

 

     En cumplimiento de su misión maternal, la Virgen María, ha querido inspirar a San Pedro Nolasco la fundación de la Orden de la cual formmos parte, para que se llevara a cabo la liberación de los cautivos que estaban en riesgo de perder la fe, por lo que aún ahora, impulsados por el espíritu redentor de Jesucristo, nuestro modelo y guía en el plan divino de salvación, fortalecemos nuestros vínculos fraternos, procurando vivir con fidelidad nuestro carisma liberdor en la Iglesia, en estos tiempos nuevos que nos han tocado vivir. Por un lado, agradecemos el don de la vocación que hemos recibido de Dios, y que reconfirmamos con fe viva ratificando nuestro afecto y aprecio sincero a todos los hermanos y hermanas que forman parte de la Orden y familia mercedaria. Para poder mirar con esperanza el presente y futuro de nuestras comunidades es importantísimo celebrar nuestra fraternidad. Siempre he pensado que, sólo desde la fuerza de la      fraternidad, será posible superar las situaciones emergentes que se están padeciendo por la falta de vocaciones, o por la ausencia cada vez más alarmante de miembros de nuestras comunidades. Pero, estoy convencido  que nuestra fortaleza no depende del número de miembros, sino de la calidad de vida y generosidad de todos, en el ejercicio del ministerio redentor. El testimonio legado desde el comienzo de la historia de nuestra Orden debe ser motivo de impulso para continuar realizando con alegría y esperanza nuestro ministerio liberador, en los distintos lugrares donde nos encontramos presentes en la Iglesia.

 

     Saludo con gran aprecio y agradecimiento, a todas las comuniades de Hermanas religiosas y laicos mercedarios, que forman parte de nuestra familia mercedaria. Es mi deseo que sigamos compartiendo cercanamente nuestra vida fraterna y ministerio apostólico, teniendo en cuenta que la “unión hace la fuera”. Estamos viviendo en la Iglesia, a iniciativa del Papa Francisco, un proceso cada vez más significtivo de sinodalidad, de comunión y fraternidad compartida; es importante dinamizar cada vez más la cercanía entre todos los miembros de la Orden y familia mercedaria, realizando encuentros para compartir experiencias de vida y de trabajo apostólico; ya habrá oportunidad de entrar en comunicación y organización programática, en cuanto los Secretariados del gobierno general se encuentren plenamente constituidos, lo cual será a más tardar en este mismo mes de septiembre.

 

     Ruego a Dios que por intercesión de nuestra Madre la Virgen María de la Merced, y de nuestro padre fundador San Pedro Nolasco, que nos conceda la gracia de vivir con fidelidad nuestra consagración religiosa y nuestro  ministerio carismático en bien de los cautivos de hoy.

 

Curia General, Roma, a 24 de septiembre 2022, a los 804 años de la fundación de la Orden.

 

 

Cordialmente en Cristo Redentor:

 

Fr. Leoncio Osvaldo Vivar Martínez, O. de M.

Maestro General