COMIENZA OFICIALMENTE LA FASE ROMANA DEL PROCESO DE BEATIFICACIÓN DE DOM INOCÊNCIO LÓPEZ SANTAMARÍA
El postulador general de la Orden de la Merced, fray Reginaldo Roberto Luiz, anunció, este viernes (8 de marzo), el inicio oficial de la Fase Romana del proceso de beatificación de Dom Inocêncio López Santamaría. El proceso llegó al Vaticano el 16 de febrero, tras finalizar su fase diocesana.
DON INOCÊNCIO LÓPEZ SANTAMARÍA
Hijo de una familia pobre, Inocêncio López Santamaría nació el 28 de diciembre de 1874 en el pueblo de Sotovellanos, provincia de Burgos, España. A los 15 años ingresó al seminario de la Orden de la Merced en el convento de Poyo, en Galicia.
Fue ordenado sacerdote a los 22 años. Su vocación y dedicación destacó en la iglesia y fue nombrado vicario provincial y superior del convento de Madrid. Dom Inocêncio alcanzó un alto rango y fue nombrado maestro general de la Orden de la Merced. Durante 11 años vivió en Roma.
Con la dificultad de encontrar un sacerdote para ocupar el puesto creado en Bom Jesus do Gurgueia, en el extremo sur de Piauí, Inocêncio abandonó Madrid y, con la autorización del Papa Pío XI, hizo un largo viaje para llegar a la región considerada el polígono de la sequía. . En el país fue cofundador de la Congregación de las Hermanas Misioneras Mercedarias de Brasil.
Una característica sorprendente de Dom Inocêncio fue su creencia en la superación de la pobreza a través de la educación. Sufrió cáncer de hígado y falleció el 9 de marzo de 1958 en el Hospital Español de Salvador, Bahía. Fue un obispo tan querido que su velorio duró cinco días, pasando por ciudades de Bahía y Pernambuco, hasta llegar a San Raimundo Nonato. Su cuerpo fue enterrado en el altar mayor de la catedral de la ciudad, el 14 de marzo de 1958.
Dom Inocêncio construyó más de 28 escuelas sólo en la zona rural de San Raimundo. El obispo estaba muy preocupado por la educación. Trajo profesores para enseñar latín, francés y música a la población pobre y creía que la cultura también era una forma de desarrollo. Entre los documentos descubiertos por el Tribunal Eclesiástico se encuentran cartas del obispo enviadas a las autoridades pidiendo ayuda con alimentos para las familias, caminos y agua.
Uno de los testimonios dice que Dom Inocêncio incluso puso dinero en un sobre y pidió que lo pusieran debajo de la puerta de la familia que pasaba hambre. Con su perseverancia y la ayuda financiera de las campañas, entre 1931 y 1958 se construyeron más de 700 kilómetros de carreteras, escuelas en zonas rurales, pozos, presas y capillas.